Gloria Edith Ocampo López es una destacada escritora, poeta y educadora colombiana, nacida en la ciudad de Cali, Valle del Cauca en el año 1966. Con una trayectoria académica y literaria que ha dejado huella en la escena cultural de su país y en el exterior.
Es licenciada y Magíster de la Universidad del Valle. Nutre su pasión por la lectura y la escritura con actos de amor, como pedagogía creadora y humanizadora.
Acompaña su profesionalismo con tres elementos indispensables en sus prácticas de enseñanza/aprendizaje: el Susurrador, el Kamishibai y los Libros Acordeón que tienen como protagonista a Beatriz la Lombriz.
Actualmente dirige El Centro Cultural La Cueva de Gloria, un espacio de periferia para el diálogo de saberes, entre las artes y la academia.
Centro Cultural La Cueva de Gloria
- Dirige: Gloria Edith Ocampo López
- E-mail: lacuevadegloria@gmail.com
- WhatsApp: 3007323120
El espacio dispuesto en El Centro Cultural la Cueva de Gloria es un oasis de ladera, donde habitan de forma permanente las artes y los saberes.
Se funda esta cueva laboratorio en el año 2016, con el objetivo de evidenciar propuestas experimentales con artistas desconocidos que habitan la periferia. Este espacio es una vitrina que incluye en su oferta diferentes talleres para población infantil, juvenil y edad plateada. Brindamos apoyo escolar, realizamos lanzamiento de libros de personas que publican desde la autogestión, exposiciones y cofradías poéticas entre otros.
Se ha institucionalizado el Taller de las segundas oportunidades como un espacio de reciclaje, en el cual se trabaja a ritmo de poesía de la mano de Beatriz la lombriz que después de un recorrido por varias instituciones educativas de la ciudad, debuta en la COP 16 como invitada para expandir su labor de crear conciencia ecológica haciendo uso de materiales y herramientas eco-sostenibles entre los que se cuentan tapas de gaseosa, latas de atún, botellas plásticas y de vidrio, tela de jeanes que fueron aventureros, vestidos de mil paseos, flores y hojas secas y por supuesto muchos corchos de vinos que se fueron tras la poesía.
El susurrador, el Kamishibay, los libros acordeón y los de autor, Beatriz la lombriz, nuestro personaje creado con retazos de amor, son elementos valiosos e innovadores que enriquecen la experiencia educativa para fomentar el aprendizaje, mediante un entorno interactivo y atractivo que permite desarrollar habilidades especificas necesarias para la vida.
Poema para susurrar
Con el sonido del mar… Vuelvo al origen.
Desde lo más íntimo de mi ser te llamo con voz suave
mientras imagino el solemne instante en que escuché tu VOZ por vez primera.
La vida rompe la membrana y se hace el sonido.
Me acuno entre tus brazos cálidos que me reciben y me rodean.
Me descubro ínfima en la nueva estancia mientras un movimiento rítmico me envuelve.
Percibo en lo más íntimo de mi ser
un vaivén mutuo…, un vaivén nuestro.
Me descubro dentro de un vientre de agua y arrullo.
Somos un jardín de aguas cristalinas donde peces tornasoles cruzan el puente.
¡Tú! Me nombras.
Yo danzo tras de ti y juntas cruzamos el umbral. La primavera marítima del sonido de tu voz llena de susurros mi vida.
¿Quién sería yo sin el sonido de tu voz grabado en el alma?
Me nombro hija de un resplandor de palabras que un día cruzaron suavemente el puente.
somos el lugar del privilegio donde se crea el universo Seguimos el eco…
El susurro es nuestro itinerario, atentas al sonido, suavemente emprendemos un viaje sideral Descubrimos el destino…, lo intuimos,
el asombro se posa en nuestra cara
Somos viajeras de sonrisa en los labios y susurros en el alma Revelamos el instante fugaz, la magia del primer respiro antes de engendrar la voz.
Soy eternidad
En la memoria de un ser
que cruzó en el camino
en el recuerdo de un ancestro
que sabía que yo llegaría
Soy eternidad en el pentagrama
de la canción amada
Filamento primario
en el transcurso del universo
Holograma de la vida tatuado en un árbol en el que siempre existiré
porque yo soy él
porque lo sembré
y con esmero lo cuidé
Él ha sido mi amigo incansable
y su vida como el incesante transcurrir del tiempo… de un tiempo lineal
es la memoria física de los amantes
que grabaron sus nombres en la corteza aún joven
Testigo de amores y desamores
de luchas
de idas y venidas de sueños
de juegos
Es la certeza de que hubo unos escribientes que ahora
son fantasmas de sí mismos.
Mi niña
Vienes del cuarto de la infancia
has dejado allí tus muñecas
Te dispones a otros juegos
en los que no soy ya indispensable
Te observo silenciosa;
recuerdo el primer amor y
deseo que no avances por el sendero
que transité en pos de amorosas sinfonías
Tu corazón
pájaro de colores
debe volar hasta el confín de las estrellas
para encontrar su luz
Terruño
La soledad es la anciana que habita desde siempre los pueblos abandonados de mi país.
Plisadas como huellas infantiles en los ojos son la antigua civilización que un día la anidó.
Máquinas oxidadas cuentan la historia de un rapto colectivo; una olla sobre la estufa, el carro parqueado en la esquina,
piezas que no encajan…
el triciclo azul que hasta hoy le da tiempo al tiempo en espera del dueño que ya no volvió.
Escenario a medio camino entre promesa e inmortalidad.
La hiedra es creación y ficción que todo lo cubre, incluso el poema que aquí comparto hoy es parte del ruinoso mundo de mi creación que todo lo envuelve.